En los últimos años, varios investigadores han argumentado que los desarrollos recientes en tecnología digital han generado una democratización en la producción, circulación y consumo musical. Según esta teoría, el abaratamiento de tecnologías digitales y su fácil accesibilidad han fomentado una creación y un consumo musicales sin precedentes en la historia. No obstante, estas perspectivas se nutren principalmente de investigaciones a gran escala, poco etnográficas y basadas en contextos euroamericanos. En estos trabajos predominan lógicas económicas liberales donde la música queda reducida a un mero producto de mercado alejado de la esfera política y social local. Esta comunicación pretende matizar estos argumentos mediante un análisis de la producción musical en Guinea Ecuatorial, un micro-Estado centroafricano altamente autoritario.
A través de una etnografía de sesiones de trabajo en el estudio de grabación, esta comunicación analiza la idea de la democratización musical en un contexto particularmente antidemocrático y en constante conflicto donde buena parte de la economía musical nacional está controlada por poderosos patrones que financian la creación de canciones de alabanza con fines políticos. Mientras que el uso de tecnologías digitales favorece cierta producción musical alternativa, la circulación y el consumo permanecen fuertemente ligados a formaciones sociales y políticas propias de África Central y de Guinea Ecuatorial. En este contexto, cantantes, músicos y productores se adaptan día a día y negocian sus posiciones con respecto al Estado ecuatoguineano para extraer el máximo valor (económico y político) posible mientras que salvaguardan su integridad física. Esta comunicación analiza la particular interacción entre desarrollo tecnológico, economía musical y autoritarismo y defiende los beneficios de la perspectiva etnográfica para la creación de teorías más ricas y menos universalistas en el seno los estudios de música popular urbana e industria musical.