A partir de los ya numerosos estudios de lo que se ha dado en llamar Swift studies, el concepto de “eras” surge como un instrumento útil para la descripción de las trayectorias musicales, vitales y discográficas de diversas artistas. Esta base estructural funciona para describir una evolución autorreflexiva y consciente de cantantes de diversos géneros musicales en las que la construcción de su musical personae está elaborada con elementos explícitamente biográficos, desde una perspectiva decididamente feminista.
Este planteamiento desafía la narrativa sobre autenticidad tradicionalmente patriarcal de géneros musicales donde se describe una evolución en la trayectoria de los artistas, reflejada en su discografía, que se articula sobre la idea de madurez, coherencia y cierto estatismo en la fidelidad a uno mismo. En estas artistas, en cambio, existe un mucho mayor empeño en la idea de tránsito, ya no entendido como la transición de género sino, en este caso un transitar vital, que a su vez se vincula con la transición en la industria discográfica, y que a menudo repercute claramente en la producción. La autoconciencia del proceso de empoderamiento conlleva una independencia discográfica y un control de su carrera, así como un viraje mucho más profundo hacia la exploración de géneros musicales alejados de sus inicios.
En esta comunicación confrontamos dos casos de estudio del contexto español, examinando las eras de dos artistas cuyos itinerarios han experimentado un tránsito desde sus inicios. Más concretamente, nos detendremos en las narrativas de los productos audiovisuales generados en torno a la figura de Aitana, y especialmente en las contradicciones del documental Aitana: metamorfosis, por un lado; y por otro, en los discursos implícitos en los productos audiovisuales y en las intervenciones de Zahara en docuseries documentales sobre música.